El coche más lujoso es un Rolls-Royce de diamantes

Tener un Rolls-Royce es sinónimo de ser millonario: muchos ceros en la cuenta corriente. Y cuando tienes tantos, el mundo del hiperlujo busca dar un paso más para diferenciarse de los demás. Porque también entre los hipermegarricos hay niveles. Unos tunean sus coches, otros hacen interiores a media y otros —los menos— compran vehículos pintados con polvo de 1.000 diamantes.



La compañía, que lleva a gala fabricar todos sus vehículos a mano —en esta sección hemos hablado también de algunos de sus accesorios más espectaculares—, anunciaba recientemente que le habían encargado un Rolls-Royce Ghost, uno de los más caros de su catálogo, lacado con una comprensión de pintura realizada a partir del polvo de esas piedras preciosas. En su comunicado, la firma automovilística británica explicaba cómo se utilizaron microscopios para evaluar cada diamante —obtenidos de forma ética y legal— y para analizar la capacidad de transmisión y reflexión de la luz.

No se sabe quién ha sido el comprador del Rolls por encargo, pero el Ghost Elegance —como se le ha bautizado— fue el coche más admirado del ultimo Salón del Automóvil de Ginebra.


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