Un equipo de científicos de la Universidad de Lethbridge, en Canadá y la Universidad de Liege, en Bélgica, se han propuesto estudiar este extraño comportamiento. Y luego de cuatro meses de observación, han llegado a la conclusión de que se trata de un comportamiento aprendido, transmitido culturalmente de una generación a otra y no de una habilidad innata. Según lo observado, observarían a sus semejantes, y aprenderían también por ensayo y error.
En su mayoría, quienes más "roban" y luego "negocian" con los turistas son machos de 6 años. Cuando no se les da nada a cambio, directamente abandonan el objeto. Además, según señalan, cuánto más tiempo pasaban en presencia de humanos, mayor era la frecuencia de este comportamiento, al tener, por eso mismo, mayor cercanía con los objetos.
"Algunos macacos en Uluwatu son también muy hábiles para abrir botellas (o incluso grifos) y beben de la misma forma en que lo hacen los humanos, también pueden abrir bolsas cerradas y mendigar comida parados en dos patas", señala a la BBC, Fany Brotcorne, una de la autoras del estudio .
Robar y canjear, añade la investigadora, podría ser una nueva tradición en el comportamiento de los primates transmitida mediante el aprendizaje social.
Para algunos, este comportamiento es una muestra más de la capacidad de innovación que tienen los primates; sin embargo, también abre el debate respecto del impacto del turismo en la modificación de su hábitat natural de vida. ¿Deberían los animales comer los alimentos que los hombres le dan? ¿Deberían adoptar estos comportamientos?