No importa cuál sea nuestro destino, nunca estamos exentos de peligro o de situaciones que escapan a nuestro control y pueden generarnos incomodidades. Lo más probable es que todo salga bien, pero, sin ser trágicos, es fundamental contar con un seguro de viaje que nos ayude a evitar malos momentos. Se trata mucho más que de un simple seguro de salud, como muchos piensan. ¿Y si se cancela mi vuelo? ¿Y si me roban el equipaje? ¿Y si pierdo mis documentos? Si contamos con un seguro de viaje, la respuesta es sencilla: todos estos casos están cubiertos.
¿Qué es un seguro de viaje?
Un seguro de viaje es un tipo de póliza que cubre los costos de eventualidades médicas y logísticas. Generalmente se contrata previo al viaje e incluso se puede adquirir en su transcurso. También se puede renovar mientras estamos fuera de nuestro país. La duración es variable, desde una semana o hasta incluso por un año, según lo que necesitemos.
Son tantas las empresas que lo ofrecen que cada uno debe evaluar cuál le conviene según el tipo de viaje a realizar. Por ejemplo, si no vamos a realizar ningún viaje aventurero, no vamos a pagar por un seguro que cubre emergencias como fracturas por caídas de montaña.
Eso sí, es bueno saber que el seguro de viaje solo cubre emergencias. Es decir, no cubre los chequeos o consultas al médico durante el viaje.
¿Qué cubre?
Qué incluye cada seguro depende de la empresa o agencia que lo ofrezca, y también del plan que se contrate. Hay seguros para distintos tipos de viaje e incluso podemos armar uno propio.
En general, los seguros de viaje cubren casos de:
- Asistencias médicas u odontológicas en el extranjero. La gran mayoría de los casos, si tenemos que pagar asistencia en el extranjero, termina siendo mucho más cara que el seguro mismo. Desde una gripe, dolor de muelas o malestar estomacal hasta una apendicitis, es importante tener asistencia médica rápido y de buena calidad.
- Repatriación sanitaria o funeraria en caso de enfermedad grave, fallecimiento o fallecimiento de un familiar.
- Cancelación de viajes. Los procedimientos y las decisiones de un aeropuerto nada tienen que ver con nosotros y nunca vamos a poder tener voz al momento de cancelar o no un vuelo. En esos casos, en que por determinados motivos se nos cancela un vuelo, el seguro de cancelación nos es muy útil para evitarnos gastos no contemplados (como el alojamiento extra, los traslados y la comida).
- Pérdida o robo de equipaje. Quién no escuchó algún caso de un aeropuerto extravió el equipaje, y del malhumor que generan esos momentos. Esta cláusula del seguro nos aliviana por ese lado, porque si perdemos nuestras valijas, por ejemplo, sabemos que contamos con su respaldo para que la busquen con más atención o para que se nos indemnice.
Entre otros ejemplos, hay seguros que también cubren evacuaciones, robo de equipos tecnológicos, asistencia legal o psicológica, y accidentes por deportes extremos. E incluso, muy importante: el seguro nos asegura, valga la redundancia, el ingreso a ciertos países del mundo que lo exigen.
Gastos médicos
Generalmente, las aseguradoras tienen un teléfono al que has de llamar en caso de que precises asistencia sanitaria, en este teléfono, te asesorarán y te remitirán al centro oportuno para ser atendido. En los centros concertados por las compañías no debes pagar por la asistencia, pues la compañía asumirá el coste. En cambio, si por la razón que sea no has podido acudir a uno de estos centros, tendrás que efectuar tú el pago por los servicios prestados y más tarde la compañía te lo reembolsará
Cancelación del vuelo
Equipaje